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La CEGAIP y el derecho de acceso a los favores del comisionado presidente
Por JUAN ANTONIO GONZÁLEZ
Octubre 7, 2011.
La sombra de la sospecha acerca de la probidad con la que debiera actuar la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública (CEGAIP), está sembrara y, lamentablemente, en esa institución parecen abonar en que las dudas sobre su rectitud se extiendan como hierba mala.
Recientemente, Jesús Federico Piña Fraga hizo una denuncia muy grave que pegó directamente en la endeble confianza que se pudiera tener en el organismo garante.
Proyecto Tábano primero y después La Jornada San Luis, reportaron declaraciones del profesor Piña, respecto del probable comportamiento indebido del presidente de la Comisión, Alejandro Serment Gómez.
Piña Fraga y el Comisionado se encontraron en el Palacio de Minería de la ciudad de México con motivo de la Semana Nacional de Transparencia que organizó en septiembre pasado el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública.
Quienes lo conocen, entre ellos el presidente de las CEGAIP, saben bien que el profesor no se anda con medias tintas y que en cuanto a exigir respeto al derecho de acceso a la información, no se detiene para nada.
En aquella ocasión, narró, se enteró de que el Comisionado Serment había atendido una llamada telefónica del Senador del Partido Acción Nacional, Alejandro Zapata. La especie se la confirmó al profesor un cercano al Comisionado y luego, éste se lo admitió: si había hablado con el legislador por San Luis Potosí.
Es natural que solo el Comisionado y el Senador sepan bien a bien de que hablaron, con que palabras y que tono utilizaron.
De esa plática, se desprendió la denuncia de Piña Fraga en el sentido de que el contenido de la charla había sido la de solicitar un favor muy especial en beneficio de amigos del político blanquiazul.
El favor de marras tendría que ver con el hecho de que Piña Fraga ha tenido en vilo al Sistema Educativo Estatal Regular y a la Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado, con decenas de recursos de queja interpuestos ante la CEGAIP a causa de la negativa a liberar información docilitada.
Cuando el Comisionado concluyó su plática telefónica con el Senador Zapata, se encontró con Piña Fraga quien iba dispuesto a reclamarle el hecho de que la Comisión no actúe como le corresponde con los entes obligados que son desobligados de sus responsabilidades en materia de transparencia.
Según el profesor, el Comisionado le admitió que habló con el Senador y días después, Piña Fraga logró entender el sentido de la llamada, pues la Comisión dio por resultas decenas de recursos de queja en beneficio de los entes acusados.
Una vez se hizo del conocimiento de la opinión pública el hecho de que por probable influyentismo, la Comisión estaba resolviendo asuntos, la CEGAIP emitió un comunicado de prensa mediante el cual se pretendía negar lo denunciado.
Entre líneas, el comunicado pretendió derrumbar la versión de Piña Fraga, pero se quedó en mero intento, pues no dio el contexto del hecho al que hacía referencia. Para dar pena, emiten un comunicado para contradecir una declaración y no citan ésta ni la fuente de origen, como si fuera pecado capital mencionar a Piña Fraga.
El hecho que ocupa este espacio, es para preocupar pues la duda acerca de que el influyentismo político tiene injerencia en el actuar de la Comisión, está presente sin que la Comisión haga algo por aclarar nada.
Resulta paradójico que en la institución que por esencia debiera ser transparente, se actúe con sentido e interés político y se desatienda su función constitucional.
El caso expuesto por Jesús Federico Piña deja la duda de que el presidente de la CEGAIP podría haber actuado sin ética y lo peor, al margen de la ley que protestó respetar y hacer cumplir.
¿Quién le pidió al Senador interceder ante el presidente de la Comisión, por qué, a cambio de qué?
El señor Serment debe tener la respuesta.
Octubre 7, 2011.
La sombra de la sospecha acerca de la probidad con la que debiera actuar la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública (CEGAIP), está sembrara y, lamentablemente, en esa institución parecen abonar en que las dudas sobre su rectitud se extiendan como hierba mala.
Recientemente, Jesús Federico Piña Fraga hizo una denuncia muy grave que pegó directamente en la endeble confianza que se pudiera tener en el organismo garante.
Proyecto Tábano primero y después La Jornada San Luis, reportaron declaraciones del profesor Piña, respecto del probable comportamiento indebido del presidente de la Comisión, Alejandro Serment Gómez.
Piña Fraga y el Comisionado se encontraron en el Palacio de Minería de la ciudad de México con motivo de la Semana Nacional de Transparencia que organizó en septiembre pasado el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública.
Quienes lo conocen, entre ellos el presidente de las CEGAIP, saben bien que el profesor no se anda con medias tintas y que en cuanto a exigir respeto al derecho de acceso a la información, no se detiene para nada.
En aquella ocasión, narró, se enteró de que el Comisionado Serment había atendido una llamada telefónica del Senador del Partido Acción Nacional, Alejandro Zapata. La especie se la confirmó al profesor un cercano al Comisionado y luego, éste se lo admitió: si había hablado con el legislador por San Luis Potosí.
Es natural que solo el Comisionado y el Senador sepan bien a bien de que hablaron, con que palabras y que tono utilizaron.
De esa plática, se desprendió la denuncia de Piña Fraga en el sentido de que el contenido de la charla había sido la de solicitar un favor muy especial en beneficio de amigos del político blanquiazul.
El favor de marras tendría que ver con el hecho de que Piña Fraga ha tenido en vilo al Sistema Educativo Estatal Regular y a la Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado, con decenas de recursos de queja interpuestos ante la CEGAIP a causa de la negativa a liberar información docilitada.
Cuando el Comisionado concluyó su plática telefónica con el Senador Zapata, se encontró con Piña Fraga quien iba dispuesto a reclamarle el hecho de que la Comisión no actúe como le corresponde con los entes obligados que son desobligados de sus responsabilidades en materia de transparencia.
Según el profesor, el Comisionado le admitió que habló con el Senador y días después, Piña Fraga logró entender el sentido de la llamada, pues la Comisión dio por resultas decenas de recursos de queja en beneficio de los entes acusados.
Una vez se hizo del conocimiento de la opinión pública el hecho de que por probable influyentismo, la Comisión estaba resolviendo asuntos, la CEGAIP emitió un comunicado de prensa mediante el cual se pretendía negar lo denunciado.
Entre líneas, el comunicado pretendió derrumbar la versión de Piña Fraga, pero se quedó en mero intento, pues no dio el contexto del hecho al que hacía referencia. Para dar pena, emiten un comunicado para contradecir una declaración y no citan ésta ni la fuente de origen, como si fuera pecado capital mencionar a Piña Fraga.
El hecho que ocupa este espacio, es para preocupar pues la duda acerca de que el influyentismo político tiene injerencia en el actuar de la Comisión, está presente sin que la Comisión haga algo por aclarar nada.
Resulta paradójico que en la institución que por esencia debiera ser transparente, se actúe con sentido e interés político y se desatienda su función constitucional.
El caso expuesto por Jesús Federico Piña deja la duda de que el presidente de la CEGAIP podría haber actuado sin ética y lo peor, al margen de la ley que protestó respetar y hacer cumplir.
¿Quién le pidió al Senador interceder ante el presidente de la Comisión, por qué, a cambio de qué?
El señor Serment debe tener la respuesta.