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Institucionalizaron la corrupción
Por ALFREDO LUJAMBIO RAFFOLS
[email protected]
Diciembre 23, 2011.
En la temporada en que millones de seres humanos en todo el mundo buscan mostrar su lado más generoso y solidario hacia los demás, los diputados potosinos exhiben una vez más su voracidad insaciable y su desvergüenza, dando el último zarpazo del año al erario público, al repartirse seis millones de pesos de un remanente del presupuesto de la cámara y después de haber cobrado más de 600 MIL PESOS en éste diciembre , por concepto de aguinaldo, sueldo, compensaciones y todo un catálogo de “ayudas” con que disfrazan el saqueo del erario público que hacen mes a mes éstos mal llamados representantes populares. Pero para ser objetivos, hay que decir que dos de los 27 diputados han dado muestra de cierto escrúpulo al manifestar su desacuerdo con éste último despojo, la diputada Beatríz Benavente y el Dip. Felipe Abel Rodríguez. Los otros 25 en cambio parecen estar felices con su nuevo atraco al erario y hasta hubo alguno que se defendió cínicamente, “de todos modos nos tachan de rateros”. Y todavía algunos de ellos tienen el descaro de querer brincar a una candidatura para diputado federal en el 2012, confiando en la desmemoria popular. Y lo más grave de todo ello es que éste abuso del erario, “ES LEGAL”, no están violando ninguna ley por la sencilla razón de que las leyes que han elaborado a lo largo de los años, están hechas precisamente para permitir el abuso y la prevaricación. Han institucionalizado la corrupción y la impunidad en el gobierno.
También es cierto que los líderes de los principales partidos han manifestado su rechazo a éste nuevo abuso de los legisladores, pero no pasa de ahí, de una simple expresión verbal, cuando en realidad, lo menos que deberían de hacer, por decencia política, es expulsarlos de los respectivos partidos, para impedir que vuelvan a ocupar un cargo público. Y a nosotros los ciudadanos nos toca decidir si iremos a las urnas en julio próximo, pero la verdad no hay a quien irle. No hay un solo partido político que inspire hoy confianza a los ciudadanos. Tenemos que pensar ya muy seriamente en las candidaturas independientes o bien en votar por candidatos no registrados en el espacio que existe en la boleta electoral para ése propósito. No abstenernos, porque la abstención es tan solo dejar un espacio vacío para que lo ocupen quienes ven en el poder político solo un medio para su enriquecimiento personal. Abstenerse es callar y ya sabe usted, “el que calla otorga”.
El ejemplo de abuso y de corrupción que brindan éstos “servidores públicos”, ofrece un espectáculo deprimente de todo nuestro sistema político, en el que ahora el despojo del erario público se hace a la luz del día incorporándolo como parte del presupuesto, que solo debiera servir al bien público y no al de ellos; así le dan visos de legalidad. Legalizan su corrupción y ofrecen a la sociedad mexicana el más corrosivo y destructivo de los ejemplos en la moral pública: el de que los cargos públicos son para hacerse rico en pocos años. Y como no hay sanción ni legal ni política, se produce un efecto de repercusión en todos los ámbitos de la sociedad y de la vida pública.
Ante ésta realidad, ¿Cómo podemos esperar tener cuerpos policíacos libres de corrupción? ¿Cómo podemos esperar que la juventud mexicana adopte los valores morales en su vida cuando ven a sus dirigentes políticos inmersos en la ambición y la voracidad? Frente a éste estado de cosas ¿qué debemos hacer los ciudadanos? ¿vamos a seguir observando como si nada pasara, ésta marea de corrupción que nos asfixia y tiende a corromper a toda la sociedad ?
El proceso electoral ya en curso, que tendrá su momento culminante el primer domingo de julio del 2012, nos exige a todos definir con claridad qué esperamos de los nuevos funcionarios que habrán de gobernarnos. Estudiar muy bien sus antecedentes personales y luego decidir. No admitir que nos vengan con su rollo de siempre. “Hay que mejorar la educación”. “Hay que combatir la corrupción y la impunidad”. Hay que generar empleo”. “Se requiere mejorar el sistema de impartición de justicia” NO. Todo eso ya lo sabemos. Ahora requerimos que digan CÓMO lo piensan hacer. CÓMO van a generar la inversión y el empleo. CÓMO acabarán con la corrupción y la impunidad dentro del gobierno, dentro de los partidos, dentro de los sindicatos. CÓMO van a mejorar la calidad de la Educación y la Impartición de Justicia. CÓMO, señores políticos lo piensan hacer? ¿CÓMO? Y luego. . . . .a ver si les creemos.
Mejor cambio el tema y termino mi colaboración que aparecerá en “Pulso” un día antes de la Navidad, declarando mis mejores deseos para usted lector, que hace el favor de leerme cada semana, para que disfrute junto con los suyos de una cálida reunión familiar en la paz y el amor que Dios nuestro Señor quiere para todos sus hijos. Que el próximo año trabajemos más activa y decididamente para exigir a los gobernantes que adopten una nueva actitud de responsabilidad y compromiso con los mejores valores cívicos, políticos y morales, para afrontar los grandes retos de nuestra atribulada nación. Que todos los mexicanos nos incorporemos a su solución para entrar a una nueva era de mayor solidaridad y más conciencia de que el Bien Común es tarea obligada y permanente no solo de los gobernantes, sino también de todos y cada uno de los que habitamos éste país.
[email protected]
Diciembre 23, 2011.
En la temporada en que millones de seres humanos en todo el mundo buscan mostrar su lado más generoso y solidario hacia los demás, los diputados potosinos exhiben una vez más su voracidad insaciable y su desvergüenza, dando el último zarpazo del año al erario público, al repartirse seis millones de pesos de un remanente del presupuesto de la cámara y después de haber cobrado más de 600 MIL PESOS en éste diciembre , por concepto de aguinaldo, sueldo, compensaciones y todo un catálogo de “ayudas” con que disfrazan el saqueo del erario público que hacen mes a mes éstos mal llamados representantes populares. Pero para ser objetivos, hay que decir que dos de los 27 diputados han dado muestra de cierto escrúpulo al manifestar su desacuerdo con éste último despojo, la diputada Beatríz Benavente y el Dip. Felipe Abel Rodríguez. Los otros 25 en cambio parecen estar felices con su nuevo atraco al erario y hasta hubo alguno que se defendió cínicamente, “de todos modos nos tachan de rateros”. Y todavía algunos de ellos tienen el descaro de querer brincar a una candidatura para diputado federal en el 2012, confiando en la desmemoria popular. Y lo más grave de todo ello es que éste abuso del erario, “ES LEGAL”, no están violando ninguna ley por la sencilla razón de que las leyes que han elaborado a lo largo de los años, están hechas precisamente para permitir el abuso y la prevaricación. Han institucionalizado la corrupción y la impunidad en el gobierno.
También es cierto que los líderes de los principales partidos han manifestado su rechazo a éste nuevo abuso de los legisladores, pero no pasa de ahí, de una simple expresión verbal, cuando en realidad, lo menos que deberían de hacer, por decencia política, es expulsarlos de los respectivos partidos, para impedir que vuelvan a ocupar un cargo público. Y a nosotros los ciudadanos nos toca decidir si iremos a las urnas en julio próximo, pero la verdad no hay a quien irle. No hay un solo partido político que inspire hoy confianza a los ciudadanos. Tenemos que pensar ya muy seriamente en las candidaturas independientes o bien en votar por candidatos no registrados en el espacio que existe en la boleta electoral para ése propósito. No abstenernos, porque la abstención es tan solo dejar un espacio vacío para que lo ocupen quienes ven en el poder político solo un medio para su enriquecimiento personal. Abstenerse es callar y ya sabe usted, “el que calla otorga”.
El ejemplo de abuso y de corrupción que brindan éstos “servidores públicos”, ofrece un espectáculo deprimente de todo nuestro sistema político, en el que ahora el despojo del erario público se hace a la luz del día incorporándolo como parte del presupuesto, que solo debiera servir al bien público y no al de ellos; así le dan visos de legalidad. Legalizan su corrupción y ofrecen a la sociedad mexicana el más corrosivo y destructivo de los ejemplos en la moral pública: el de que los cargos públicos son para hacerse rico en pocos años. Y como no hay sanción ni legal ni política, se produce un efecto de repercusión en todos los ámbitos de la sociedad y de la vida pública.
Ante ésta realidad, ¿Cómo podemos esperar tener cuerpos policíacos libres de corrupción? ¿Cómo podemos esperar que la juventud mexicana adopte los valores morales en su vida cuando ven a sus dirigentes políticos inmersos en la ambición y la voracidad? Frente a éste estado de cosas ¿qué debemos hacer los ciudadanos? ¿vamos a seguir observando como si nada pasara, ésta marea de corrupción que nos asfixia y tiende a corromper a toda la sociedad ?
El proceso electoral ya en curso, que tendrá su momento culminante el primer domingo de julio del 2012, nos exige a todos definir con claridad qué esperamos de los nuevos funcionarios que habrán de gobernarnos. Estudiar muy bien sus antecedentes personales y luego decidir. No admitir que nos vengan con su rollo de siempre. “Hay que mejorar la educación”. “Hay que combatir la corrupción y la impunidad”. Hay que generar empleo”. “Se requiere mejorar el sistema de impartición de justicia” NO. Todo eso ya lo sabemos. Ahora requerimos que digan CÓMO lo piensan hacer. CÓMO van a generar la inversión y el empleo. CÓMO acabarán con la corrupción y la impunidad dentro del gobierno, dentro de los partidos, dentro de los sindicatos. CÓMO van a mejorar la calidad de la Educación y la Impartición de Justicia. CÓMO, señores políticos lo piensan hacer? ¿CÓMO? Y luego. . . . .a ver si les creemos.
Mejor cambio el tema y termino mi colaboración que aparecerá en “Pulso” un día antes de la Navidad, declarando mis mejores deseos para usted lector, que hace el favor de leerme cada semana, para que disfrute junto con los suyos de una cálida reunión familiar en la paz y el amor que Dios nuestro Señor quiere para todos sus hijos. Que el próximo año trabajemos más activa y decididamente para exigir a los gobernantes que adopten una nueva actitud de responsabilidad y compromiso con los mejores valores cívicos, políticos y morales, para afrontar los grandes retos de nuestra atribulada nación. Que todos los mexicanos nos incorporemos a su solución para entrar a una nueva era de mayor solidaridad y más conciencia de que el Bien Común es tarea obligada y permanente no solo de los gobernantes, sino también de todos y cada uno de los que habitamos éste país.