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¿Cuánto gastaron Zapata, Toranzo y Robledo?
Segunda y última parte
Por EDUARDO MARTÍNEZ BENAVENTE
Enero 17, 2010
Segunda y última parte
Por EDUARDO MARTÍNEZ BENAVENTE
Enero 17, 2010
El PRI declaró ante el Consejo Estatal Electoral (CEE) que la campaña del doctor Fernando Toranzo le costó $9,669.003.37 y que sus ingresos apenas alcanzaron los $8,997.907.00, que obtuvo de la siguiente manera: por financiamiento público $4,836.477.00, por aportaciones en efectivo de 166 militantes $2,515.600.00, que van de los mil a los 200 mil pesos, más $1,645,830.00 que ingresaron por concepto de aportaciones en especie de 3 simpatizantes que al detallar cada una de sus contribuciones suman $963,930.00 y no la cifra anterior. Si el monto real de las aportaciones de estos simpatizantes fuera el que se menciona en la carátula del informe por $1,645,830.00, entonces se estaría violando el artículo 36 fracción I, inciso b) de la Ley Electoral del Estado, que limita tales recursos al 10% del tope de gastos de campaña, y en este caso lo aportado por los simpatizantes se elevaría al 17.01%.
Había que presentar números, los que fueran y cumplir de esta manera con la entrega de la información requerida, pues sabían que por más absurda y mentirosa que fuera su declaración no serían sancionados. Los egresos fueron mayores a los ingresos, por lo que los priístas quedaron a deber $671,096.37. El documento señala que en mantas y lonas gastaron $1,065,726.25. En pendones $1,238,553.55. En publicaciones en revistas y periódicos $1,797,495.59. Cualquier ciudadano, con un mínimo de sentido común, puede apreciar que el informe es falso pues la presencia de Toranzo fue avasalladora y en algunas regiones hasta mayor que la de Zapata. Pudimos observar que su campaña arrancó con modestia y limitaciones, los recursos eran pocos. Hay testimonios que aseguran que muchos ricos a los que acudía en un principio para que lo apoyaran económicamente ni siquiera le contestaban el teléfono, pero tan pronto como las encuestas lo acercaron a Zapata, el dinero ya no fue su problema y empezó a recibir importantes aportaciones en dinero y especie de particulares. Nunca sabremos con cuánto contribuyeron los gobernadores que incursionaron en nuestro estado, pero lo que si sabemos es que su apoyo fue decisivo para vencer a Zapata. El CEE, como ocurrió con Zapata, borró los nombres de los donantes y los clasificó como “información confidencial”. No le importó que la Ley federal que se aplica supletoriamente obliga a revelar sus identidades, ni que se sobrepone el interés público al costo que podría implicar la entrega de esa información porque así se evita que el dinero de origen oscuro entre a los partidos políticos. Estamos seguros que la CEGAIP resolverá a nuestro favor el recurso de revisión que presentamos y obligará al CEE a dar a conocer los nombres de las personas que apoyaron con su dinero a los candidatos. En las últimas semanas de la contienda, cuando Toranzo ya se cotizaba como un competidor que estaba a punto de alcanzar al puntero daba la impresión de que no sabía ni en qué gastar tanto dinero, y como rico nuevo mandó elaborar las costosas siluetas con su bonachona imagen que plantó por cientos en camellones y jardines de la entidad.
El Partido Verde de México lo apoyó con $2,326,029.85. La Comisión de Fiscalización debe observar y sancionar a este partido porque se excedió en $589,844.04 del límite de ingresos permitido por concepto de financiamiento público, según se desprende de su propia declaración, pues no podía recibir por este concepto una suma mayor a $1,735.811.00, que corresponde al 50% del tope de gastos autorizados para esa elección que se fijó en $3,471,625.00. En el informe sobresale un gasto por $450,747.10 por la adquisición de una impresora HP de 162 centímetros para imprimir trabajos de alta resolución. El Partido Social Demócrata que también lo postuló a la gubernatura no presentó declaración alguna de ingresos y egresos.
Todos los potosinos fuimos testigos del despilfarro que caracterizó a las campañas de Zapata y Toranzo que hicieron que la de Juan Ramiro Robledo pasará casi imperceptible. La desigualdad de condiciones y los gastos por encima de los topes autorizados fueron los argumentos que planteó el abogado ante los tribunales para que se declarará nula la elección. Se desechó su demanda y los juzgadores no le entraron al estudio del fondo de los asuntos denunciados. No quisieron investigar las cuentas bancarias de los candidatos y de las personas cercanas a éstos ni revisar los movimientos de sus proveedores.
Aunque el PRD no ha presentado ante el CEE su informe de ingresos y egresos, Juan Ramiro Robledo reconoce que recibió de ese partido la cantidad de $2,035,781.00, más 1 millón de pesos de su Comité Ejecutivo Nacional y 30 mil pesos de aportaciones en efectivo de particulares. Para cuantificar lo que recibió en especie habría que valorar el inmueble que le prestaron para instalar su casa de campaña, 2 vehículos y 8 computadoras. Convergencia presentó su declaración en ceros. El Partido del Trabajo declaró que sus aportaciones sumaron $1,869,204.96. Conciencia Popular apoyó al candidato de la izquierda con $1,915,587.49. El costo total de su campaña podría calcularse en 7 millones de pesos. Estos números avalan el juicio de que las declaraciones de ingresos y egresos de los otros contendientes son falsas, pues nadie puede aceptar que Zapata gastó $12,350,955.00, y Toranzo $11,995,032.00. Si Juan Ramiro con todo ese dinero casi no se notó, ¿Cuánto habrán gastado los otros candidatos que nos abrumaron ad nauseam con su ostentación y ruido? Es una incongruencia de la Ley que antes de conocerse el informe financiero de los partidos se declare válida la elección ¿Qué pasaría si se comprueba ahora que Toranzo sobrepasó los límites permitidos cuando esta conducta es causal de nulidad?
Que no se nos olvide que Rodolfo Aguilar, presidente concejal, que en un intento desesperado por rescatar de la derrota a Zapata estuvo a punto colapsar al proceso electoral, negoció con el candidato del PRI, que a cambio de su servil pellejo reconocería públicamente que los resultados le eran irreversibles, cuando faltaban 5 días para que se cumpliera el plazo legal para hacer ese pronunciamiento y sin importarle que con esto violaba los acuerdos tomados en el CEE.
Había que presentar números, los que fueran y cumplir de esta manera con la entrega de la información requerida, pues sabían que por más absurda y mentirosa que fuera su declaración no serían sancionados. Los egresos fueron mayores a los ingresos, por lo que los priístas quedaron a deber $671,096.37. El documento señala que en mantas y lonas gastaron $1,065,726.25. En pendones $1,238,553.55. En publicaciones en revistas y periódicos $1,797,495.59. Cualquier ciudadano, con un mínimo de sentido común, puede apreciar que el informe es falso pues la presencia de Toranzo fue avasalladora y en algunas regiones hasta mayor que la de Zapata. Pudimos observar que su campaña arrancó con modestia y limitaciones, los recursos eran pocos. Hay testimonios que aseguran que muchos ricos a los que acudía en un principio para que lo apoyaran económicamente ni siquiera le contestaban el teléfono, pero tan pronto como las encuestas lo acercaron a Zapata, el dinero ya no fue su problema y empezó a recibir importantes aportaciones en dinero y especie de particulares. Nunca sabremos con cuánto contribuyeron los gobernadores que incursionaron en nuestro estado, pero lo que si sabemos es que su apoyo fue decisivo para vencer a Zapata. El CEE, como ocurrió con Zapata, borró los nombres de los donantes y los clasificó como “información confidencial”. No le importó que la Ley federal que se aplica supletoriamente obliga a revelar sus identidades, ni que se sobrepone el interés público al costo que podría implicar la entrega de esa información porque así se evita que el dinero de origen oscuro entre a los partidos políticos. Estamos seguros que la CEGAIP resolverá a nuestro favor el recurso de revisión que presentamos y obligará al CEE a dar a conocer los nombres de las personas que apoyaron con su dinero a los candidatos. En las últimas semanas de la contienda, cuando Toranzo ya se cotizaba como un competidor que estaba a punto de alcanzar al puntero daba la impresión de que no sabía ni en qué gastar tanto dinero, y como rico nuevo mandó elaborar las costosas siluetas con su bonachona imagen que plantó por cientos en camellones y jardines de la entidad.
El Partido Verde de México lo apoyó con $2,326,029.85. La Comisión de Fiscalización debe observar y sancionar a este partido porque se excedió en $589,844.04 del límite de ingresos permitido por concepto de financiamiento público, según se desprende de su propia declaración, pues no podía recibir por este concepto una suma mayor a $1,735.811.00, que corresponde al 50% del tope de gastos autorizados para esa elección que se fijó en $3,471,625.00. En el informe sobresale un gasto por $450,747.10 por la adquisición de una impresora HP de 162 centímetros para imprimir trabajos de alta resolución. El Partido Social Demócrata que también lo postuló a la gubernatura no presentó declaración alguna de ingresos y egresos.
Todos los potosinos fuimos testigos del despilfarro que caracterizó a las campañas de Zapata y Toranzo que hicieron que la de Juan Ramiro Robledo pasará casi imperceptible. La desigualdad de condiciones y los gastos por encima de los topes autorizados fueron los argumentos que planteó el abogado ante los tribunales para que se declarará nula la elección. Se desechó su demanda y los juzgadores no le entraron al estudio del fondo de los asuntos denunciados. No quisieron investigar las cuentas bancarias de los candidatos y de las personas cercanas a éstos ni revisar los movimientos de sus proveedores.
Aunque el PRD no ha presentado ante el CEE su informe de ingresos y egresos, Juan Ramiro Robledo reconoce que recibió de ese partido la cantidad de $2,035,781.00, más 1 millón de pesos de su Comité Ejecutivo Nacional y 30 mil pesos de aportaciones en efectivo de particulares. Para cuantificar lo que recibió en especie habría que valorar el inmueble que le prestaron para instalar su casa de campaña, 2 vehículos y 8 computadoras. Convergencia presentó su declaración en ceros. El Partido del Trabajo declaró que sus aportaciones sumaron $1,869,204.96. Conciencia Popular apoyó al candidato de la izquierda con $1,915,587.49. El costo total de su campaña podría calcularse en 7 millones de pesos. Estos números avalan el juicio de que las declaraciones de ingresos y egresos de los otros contendientes son falsas, pues nadie puede aceptar que Zapata gastó $12,350,955.00, y Toranzo $11,995,032.00. Si Juan Ramiro con todo ese dinero casi no se notó, ¿Cuánto habrán gastado los otros candidatos que nos abrumaron ad nauseam con su ostentación y ruido? Es una incongruencia de la Ley que antes de conocerse el informe financiero de los partidos se declare válida la elección ¿Qué pasaría si se comprueba ahora que Toranzo sobrepasó los límites permitidos cuando esta conducta es causal de nulidad?
Que no se nos olvide que Rodolfo Aguilar, presidente concejal, que en un intento desesperado por rescatar de la derrota a Zapata estuvo a punto colapsar al proceso electoral, negoció con el candidato del PRI, que a cambio de su servil pellejo reconocería públicamente que los resultados le eran irreversibles, cuando faltaban 5 días para que se cumpliera el plazo legal para hacer ese pronunciamiento y sin importarle que con esto violaba los acuerdos tomados en el CEE.