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¿Cuánto gastaron Zapata, Toranzo y Robledo?
Primera parte
Por EDUARDO MARTÍNEZ BENAVENTE
Enero 10, 2010
Primera parte
Por EDUARDO MARTÍNEZ BENAVENTE
Enero 10, 2010
Son falsos los informes de ingresos y egresos que presentaron ante las autoridades electorales los partidos políticos que postularon a la gubernatura del Estado a Fernando Toranzo Fernández (FTF) y a Alejandro Zapata Perogordo (AZP). Las cifras que dan a conocer son abismalmente menores a las que realmente recibieron y ejercieron. Son muchos los conceptos que están plenamente identificados y que omitieron en su declaración de gastos. Lo mismo ocurre con el ocultamiento de importantes apoyos en efectivo y en especie que captaron de sus militantes y simpatizantes.
Sería muy decepcionante que los integrantes de la Comisión Permanente de Fiscalización, entre los que destacan por sus antecedentes de probidad y seriedad Ignacio Ramírez Díez Gutiérrez y Lucía González Zamora, hijos de combativos navistas, aprueben sin observaciones las declaraciones que les presentaron los partidos para su revisión habiendo tantos elementos que señalar y no den a conocer los nombres de las personas que aportaron recursos a las campañas. Aún es tiempo de corregir en algo la desidia del organismo electoral que ni limitó, ni previno, ni sancionó a los partidos políticos que postularon a AZP y a FTF, y que afectaron con sus prácticas la equidad y legalidad del proceso electoral. Tan es así, que fueron incapaces de sancionar al ex gobernador Marcelo de los Santos por la promoción que hizo, respecto de sus actos de gobierno y por no haber retirado a tiempo sus espectaculares. Igualmente quedó impune, la realización de una serie de actos ilegales a favor de Toranzo, por parte de presidentes municipales de su partido y de algunos gobernadores que contribuyeron a la derrota panista. Nada se hizo para parar el derroche de todo tipo de propaganda, aún en noticieros de radio y televisión, lo que está especialmente prohibido. Se les permitió a ambos candidatos que regalaran dispendiosamente bienes, servicios y prebendas para promoverse y comprometer el voto.
Ante tantos abusos los consejeros electorales debieron implementar un operativo de observación en el que se le pusiera cola y sombra a cada uno de los candidatos y a sus avanzadas. De nada sirve que el farsante del presidente concejal manipule al resto de los consejeros para contratar un despacho externo que audite los gastos de campaña, pues tengan la seguridad de que nada van a encontrar ya que serían muy zopencos los partidos si entre miles de comprobantes de gastos no seleccionaran sólo aquellas facturas incuestionables.
El Consejo Estatal Electoral en atención a una solicitud de información que presentó un peticionario, dio a conocer el pasado 15 de diciembre una versión pública del monto del financiamiento y el destino que le dieron a esos recursos los tres contendientes. El límite máximo de gastos de campaña permitido al PAN para esa elección fue de $14, 581,141.00. El informe apunta que la suma total de ingresos que recibió Zapata Perogordo por diferentes conceptos alcanzó la cantidad de $10.717,204.38, correspondiendo $7,290.571.00 al financiamiento público, $2,460.700.10 a las aportaciones que en efectivo hicieron los militantes, $550,000.00 a las aportaciones en efectivo de simpatizantes y $386,500.00 que se cuantificaron también a estos últimos, pero en especie. Los egresos que declararon los panistas fueron exactamente iguales al monto de los ingresos. En la balanza de comprobación al 31 de julio de 2009 aparecen dos nombres borrados que la autoridad electoral no quiso revelar porque los clasificó como “información confidencial” y corresponden a las dos únicas aportaciones hechas por los militantes de ese partido. Según el informe sólo dos panistas contribuyeron económicamente a la campaña de AZP. El primero aportó $1,677,800.00 y el otro $238,300.00. Por cierto que esa cifra no coincide con la que consta en la carátula del Informe sobre el Origen, Monto y Destino de los recursos para las Campañas Electorales de AZP pues reporta la cantidad de $2,460,700.10. Los nombres de los 12 simpatizantes que aportaron dinero también corrieron la misma suerte y fueron eliminados.
Hay otros gastos escandalosamente falsos, como el millón 971 mil pesos que aseguran que destinó Zapata en propaganda, cuando todos fuimos testigos que el candidato del PAN tapizó todos los rincones del estado con cientos de miles de pendones en los que aparecía su augusta imagen con el lema de su campaña. Por concepto de gastos en espectaculares reconoce una cifra igualmente mentirosa de $1,245,303.29, que no corresponde al costo de por lo menos 250 estructuras metálicas fijadas en los puntos más estratégicos del estado, que se cotizan entre 30 y 50 mil pesos cada uno. Un ejemplo más de otros muchos gastos que no declaró fue el costo que tuvo el evento de clausura en el estadio “Alfonso Lastras”, al que se transportó a miles de personas en autobuses rentados y a los que se les gratificó su asistencia con dádivas y alimentos. A la residencia que le sirvió de sede para albergar sus oficinas de campaña durante todos esos meses se le fijó un valor de $55,500.00, cuando la renta de un inmueble con esas características valdría por lo menos 40 o 50 mil pesos mensuales. El avión que le facilitaron durante toda la campaña le calculó un valor de 150 mil pesos, cuando una nave como estas, con piloto y todos los servicios a su disposición durante las 24 horas del día cuesta por lo menos de 10 a 15 mil pesos diarios. El dinero fluyó sin tacañeces, muy lejos quedaron aquellos días de penurias del Partido Acción Nacional.
Cuando Zapata parecía inalcanzable y nadie apostaba un centavo por sus rivales, el dinero se lo metían en la bolsa, en efectivo y sin recibos. Hasta presumía que a Jacobo Payán y al “Chato” López les había rechazado un donativo de un millón de pesos a cada uno, pues no quería compromisos con esa gente. Los cálculos más conservadores aseguran que tanto Toranzo como Zapata erogaron por lo menos 60 millones de pesos cada uno. Más de cuatro veces rebasaron los topes permitidos por la Ley. El Partido Nueva Alianza que se sumó a la candidatura del panista declaró una aportación de recursos públicos por $1,633.751.00. No hubo apoyo de particulares.
Sería muy decepcionante que los integrantes de la Comisión Permanente de Fiscalización, entre los que destacan por sus antecedentes de probidad y seriedad Ignacio Ramírez Díez Gutiérrez y Lucía González Zamora, hijos de combativos navistas, aprueben sin observaciones las declaraciones que les presentaron los partidos para su revisión habiendo tantos elementos que señalar y no den a conocer los nombres de las personas que aportaron recursos a las campañas. Aún es tiempo de corregir en algo la desidia del organismo electoral que ni limitó, ni previno, ni sancionó a los partidos políticos que postularon a AZP y a FTF, y que afectaron con sus prácticas la equidad y legalidad del proceso electoral. Tan es así, que fueron incapaces de sancionar al ex gobernador Marcelo de los Santos por la promoción que hizo, respecto de sus actos de gobierno y por no haber retirado a tiempo sus espectaculares. Igualmente quedó impune, la realización de una serie de actos ilegales a favor de Toranzo, por parte de presidentes municipales de su partido y de algunos gobernadores que contribuyeron a la derrota panista. Nada se hizo para parar el derroche de todo tipo de propaganda, aún en noticieros de radio y televisión, lo que está especialmente prohibido. Se les permitió a ambos candidatos que regalaran dispendiosamente bienes, servicios y prebendas para promoverse y comprometer el voto.
Ante tantos abusos los consejeros electorales debieron implementar un operativo de observación en el que se le pusiera cola y sombra a cada uno de los candidatos y a sus avanzadas. De nada sirve que el farsante del presidente concejal manipule al resto de los consejeros para contratar un despacho externo que audite los gastos de campaña, pues tengan la seguridad de que nada van a encontrar ya que serían muy zopencos los partidos si entre miles de comprobantes de gastos no seleccionaran sólo aquellas facturas incuestionables.
El Consejo Estatal Electoral en atención a una solicitud de información que presentó un peticionario, dio a conocer el pasado 15 de diciembre una versión pública del monto del financiamiento y el destino que le dieron a esos recursos los tres contendientes. El límite máximo de gastos de campaña permitido al PAN para esa elección fue de $14, 581,141.00. El informe apunta que la suma total de ingresos que recibió Zapata Perogordo por diferentes conceptos alcanzó la cantidad de $10.717,204.38, correspondiendo $7,290.571.00 al financiamiento público, $2,460.700.10 a las aportaciones que en efectivo hicieron los militantes, $550,000.00 a las aportaciones en efectivo de simpatizantes y $386,500.00 que se cuantificaron también a estos últimos, pero en especie. Los egresos que declararon los panistas fueron exactamente iguales al monto de los ingresos. En la balanza de comprobación al 31 de julio de 2009 aparecen dos nombres borrados que la autoridad electoral no quiso revelar porque los clasificó como “información confidencial” y corresponden a las dos únicas aportaciones hechas por los militantes de ese partido. Según el informe sólo dos panistas contribuyeron económicamente a la campaña de AZP. El primero aportó $1,677,800.00 y el otro $238,300.00. Por cierto que esa cifra no coincide con la que consta en la carátula del Informe sobre el Origen, Monto y Destino de los recursos para las Campañas Electorales de AZP pues reporta la cantidad de $2,460,700.10. Los nombres de los 12 simpatizantes que aportaron dinero también corrieron la misma suerte y fueron eliminados.
Hay otros gastos escandalosamente falsos, como el millón 971 mil pesos que aseguran que destinó Zapata en propaganda, cuando todos fuimos testigos que el candidato del PAN tapizó todos los rincones del estado con cientos de miles de pendones en los que aparecía su augusta imagen con el lema de su campaña. Por concepto de gastos en espectaculares reconoce una cifra igualmente mentirosa de $1,245,303.29, que no corresponde al costo de por lo menos 250 estructuras metálicas fijadas en los puntos más estratégicos del estado, que se cotizan entre 30 y 50 mil pesos cada uno. Un ejemplo más de otros muchos gastos que no declaró fue el costo que tuvo el evento de clausura en el estadio “Alfonso Lastras”, al que se transportó a miles de personas en autobuses rentados y a los que se les gratificó su asistencia con dádivas y alimentos. A la residencia que le sirvió de sede para albergar sus oficinas de campaña durante todos esos meses se le fijó un valor de $55,500.00, cuando la renta de un inmueble con esas características valdría por lo menos 40 o 50 mil pesos mensuales. El avión que le facilitaron durante toda la campaña le calculó un valor de 150 mil pesos, cuando una nave como estas, con piloto y todos los servicios a su disposición durante las 24 horas del día cuesta por lo menos de 10 a 15 mil pesos diarios. El dinero fluyó sin tacañeces, muy lejos quedaron aquellos días de penurias del Partido Acción Nacional.
Cuando Zapata parecía inalcanzable y nadie apostaba un centavo por sus rivales, el dinero se lo metían en la bolsa, en efectivo y sin recibos. Hasta presumía que a Jacobo Payán y al “Chato” López les había rechazado un donativo de un millón de pesos a cada uno, pues no quería compromisos con esa gente. Los cálculos más conservadores aseguran que tanto Toranzo como Zapata erogaron por lo menos 60 millones de pesos cada uno. Más de cuatro veces rebasaron los topes permitidos por la Ley. El Partido Nueva Alianza que se sumó a la candidatura del panista declaró una aportación de recursos públicos por $1,633.751.00. No hubo apoyo de particulares.