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Otro año perdido
Por EDUARDO MARTÍNEZ BENAVENTE
Septiembre 25, 2011
Reforzar en los espacios mediáticos las mentiras y exageraciones de los supuestos logros de un gobierno en picada es una medida desesperada e inútil porque la percepción ciudadana entiende que poco o nada se ha hecho, y sí, en cambio, está consciente de que se han deteriorado muchos otros valores como la seguridad pública y el ingreso de las familias hasta alcanzar niveles alarmantes de preocupación.
Las imágenes y mensajes publicitarios que nos proyectan un San Luis pujante y exitoso tienen un efecto ofensivo en la inteligencia de los potosinos porque cualquiera advierte que nos están engañando, y que los beneficios de esas 13 mil supuestas obras y acciones, imposibles de verificar, son inexistentes o no son prioritarias o no corresponden a los precios que se pagaron por ellas. Más le hubiera valido al gobernador del estado detallar en su informe los lastimosos rezagos y miserias en las que viven cientos de miles de potosinos; las limitaciones y resistencias para resolverlos; explicar los pasivos y compromisos reales de su gobierno que no le permiten despegar, y eso que sólo reconoce 4 mil 327 millones de pesos cuando en un principio el secretario de finanzas, Jesús Conde, manejó una cifra superior a los 16 mil millones de pasivos. Nada dijo de la falta de apoyos del gobierno federal y de los desplantes de un presidente pendenciero que lo mortifica y sobaja, como ocurrió en su última visita a San Luis Potosí, en la que lució por todas partes a su amigo Alejandro Zapata Perogordo, quien para el gobernador del estado es una persona no grata que le alienta las grillas que tiene con los dirigentes panistas. ¿Por qué se empeñará en molestarlo?
Una autocrítica a su gobierno hubiera sido una medida más atinada y productiva para una sociedad decepcionada y difícil de convencer. Más nos hubiera interesado conocer lo que realmente está ocurriendo con los grupos delictivos que transitan y se disputan nuestro territorio, las estrategias que se están aplicando para reducir su impacto, los esfuerzos fallidos de su gobierno y del federal para recuperar la paz y armonía en amplias zonas de la entidad; en fin, enterarnos de la situación que en verdad guarda el estado potosino.
Creo que la mayoría de los que atendieron el segundo informe de gobierno del doctor Fernando Toranzo –un monólogo sin réplica en el que lo único que sobresalió fue la presencia de Peña Nieto y el fallido zapatazo de un opositor a MSX- desaprueban su desempeño porque no hay obras relevantes que destacar aunque presuma que la mayor parte de los programas gubernamentales son pequeñas obras que están orientadas a abatir la pobreza extrema; lo que desmienten las cifras oficiales que ha dado a conocer el gobierno federal. No hay inversiones públicas productivas y el tamaño de la deuda crece escandalosamente hasta agotar el 20% del prepuesto de ingresos, máximo permitido por la Ley de Deuda Pública para endeudarse. Ha transcurrido un año más en el que se confirma que los excesos del ex gobernador del estado, Marcelo de los Santos y de sus secuaces quedarán para siempre en la impunidad, pues ni siquiera ha podido desmentir las observaciones que le fincó el auditor superior del estado, Héctor Mayorga, en la auditoria de la cuenta pública del 2009, quien señala al gobierno del médico como responsable de haber malgastado 571 millones de pesos del préstamo de los 1,500 millones que obtuvo su antecesor en las postrimerías de su mandato. Dos años no le han bastado para informar a la sociedad lo que se hizo con esos recursos. No ha subido a la página electrónica del gobierno los detalles de cómo y en qué se gastó cada peso, pues una buena parte de ese dinero se aplicó a gasto corriente y no a inversiones públicas productivas como lo condicionó el Congreso del Estado. El gobierno de Toranzo, cuando se le solicitan los montos, concepto de los cheques y beneficiarios, argumenta no contar con esa información porque –asegura- que se la entregó íntegra a la Procuraduría General de Justicia y se quedó sin copias de esos documentos. Así de obscura y absurda es su administración, así de evidente es su censurable componenda con el ex gobernador panista. El procurador tiene elementos suficientes para continuar con las demandas penales y fincar responsabilidades a los que dilapidaron el erario público.
Muchos potosinos viven con temor e incertidumbre por los innumerables incidentes criminales que directa o indirectamente los han alcanzado. El principal responsable de garantizar la seguridad pública es y seguirá siendo el gobernador del estado. Es una irresponsabilidad absoluta permitir que la federación atraiga los delitos cometidos por el crimen organizado sin que el gobierno del estado les de seguimiento puntual y cotidiano porque sabemos que quedarán impunes. No cumplió sus compromisos en materia de seguridad y el grado de violencia que padecen algunos municipios ha provocado el hundimiento económico de la segunda ciudad más importante del estado y de otras regiones de la entidad, al extremo de que los que pueden se ven obligados a emigrar a sitios más seguros.
No nos informó si ya resolvió el problema presupuestal de la Academia de Policía del que egresaron más de 300 alumnos a los que no se pudo contratar por falta de dinero. No nos extrañaría que algunos de ellos se hubieran decidido a engrosaran las filas del crimen organizado si es que no los entretuvo con más cursos de capacitación mientras que llegaban los recursos. Fue una irresponsabilidad abrir la Academia si no se contaba con la partida presupuestal para pagarles una remuneración justa por sus servicios. Nada dijo del ilegal préstamo que otorgó la administración de Marcelo de los Santos por 70 millones de pesos al ingenio azucarero del Grupo Santos, propiedad de los empresarios de Monterrey, que ahora desconocen. Sigue sin justificar la inoperancia del Centro de Convenciones que concesionó sin licitación el gobierno panista y que después de dos años es improductivo. Cientos de millones de pesos que se malgastaron en una obra suntuosa y no prioritaria, financiada con dinero ajeno.
Septiembre 25, 2011
Reforzar en los espacios mediáticos las mentiras y exageraciones de los supuestos logros de un gobierno en picada es una medida desesperada e inútil porque la percepción ciudadana entiende que poco o nada se ha hecho, y sí, en cambio, está consciente de que se han deteriorado muchos otros valores como la seguridad pública y el ingreso de las familias hasta alcanzar niveles alarmantes de preocupación.
Las imágenes y mensajes publicitarios que nos proyectan un San Luis pujante y exitoso tienen un efecto ofensivo en la inteligencia de los potosinos porque cualquiera advierte que nos están engañando, y que los beneficios de esas 13 mil supuestas obras y acciones, imposibles de verificar, son inexistentes o no son prioritarias o no corresponden a los precios que se pagaron por ellas. Más le hubiera valido al gobernador del estado detallar en su informe los lastimosos rezagos y miserias en las que viven cientos de miles de potosinos; las limitaciones y resistencias para resolverlos; explicar los pasivos y compromisos reales de su gobierno que no le permiten despegar, y eso que sólo reconoce 4 mil 327 millones de pesos cuando en un principio el secretario de finanzas, Jesús Conde, manejó una cifra superior a los 16 mil millones de pasivos. Nada dijo de la falta de apoyos del gobierno federal y de los desplantes de un presidente pendenciero que lo mortifica y sobaja, como ocurrió en su última visita a San Luis Potosí, en la que lució por todas partes a su amigo Alejandro Zapata Perogordo, quien para el gobernador del estado es una persona no grata que le alienta las grillas que tiene con los dirigentes panistas. ¿Por qué se empeñará en molestarlo?
Una autocrítica a su gobierno hubiera sido una medida más atinada y productiva para una sociedad decepcionada y difícil de convencer. Más nos hubiera interesado conocer lo que realmente está ocurriendo con los grupos delictivos que transitan y se disputan nuestro territorio, las estrategias que se están aplicando para reducir su impacto, los esfuerzos fallidos de su gobierno y del federal para recuperar la paz y armonía en amplias zonas de la entidad; en fin, enterarnos de la situación que en verdad guarda el estado potosino.
Creo que la mayoría de los que atendieron el segundo informe de gobierno del doctor Fernando Toranzo –un monólogo sin réplica en el que lo único que sobresalió fue la presencia de Peña Nieto y el fallido zapatazo de un opositor a MSX- desaprueban su desempeño porque no hay obras relevantes que destacar aunque presuma que la mayor parte de los programas gubernamentales son pequeñas obras que están orientadas a abatir la pobreza extrema; lo que desmienten las cifras oficiales que ha dado a conocer el gobierno federal. No hay inversiones públicas productivas y el tamaño de la deuda crece escandalosamente hasta agotar el 20% del prepuesto de ingresos, máximo permitido por la Ley de Deuda Pública para endeudarse. Ha transcurrido un año más en el que se confirma que los excesos del ex gobernador del estado, Marcelo de los Santos y de sus secuaces quedarán para siempre en la impunidad, pues ni siquiera ha podido desmentir las observaciones que le fincó el auditor superior del estado, Héctor Mayorga, en la auditoria de la cuenta pública del 2009, quien señala al gobierno del médico como responsable de haber malgastado 571 millones de pesos del préstamo de los 1,500 millones que obtuvo su antecesor en las postrimerías de su mandato. Dos años no le han bastado para informar a la sociedad lo que se hizo con esos recursos. No ha subido a la página electrónica del gobierno los detalles de cómo y en qué se gastó cada peso, pues una buena parte de ese dinero se aplicó a gasto corriente y no a inversiones públicas productivas como lo condicionó el Congreso del Estado. El gobierno de Toranzo, cuando se le solicitan los montos, concepto de los cheques y beneficiarios, argumenta no contar con esa información porque –asegura- que se la entregó íntegra a la Procuraduría General de Justicia y se quedó sin copias de esos documentos. Así de obscura y absurda es su administración, así de evidente es su censurable componenda con el ex gobernador panista. El procurador tiene elementos suficientes para continuar con las demandas penales y fincar responsabilidades a los que dilapidaron el erario público.
Muchos potosinos viven con temor e incertidumbre por los innumerables incidentes criminales que directa o indirectamente los han alcanzado. El principal responsable de garantizar la seguridad pública es y seguirá siendo el gobernador del estado. Es una irresponsabilidad absoluta permitir que la federación atraiga los delitos cometidos por el crimen organizado sin que el gobierno del estado les de seguimiento puntual y cotidiano porque sabemos que quedarán impunes. No cumplió sus compromisos en materia de seguridad y el grado de violencia que padecen algunos municipios ha provocado el hundimiento económico de la segunda ciudad más importante del estado y de otras regiones de la entidad, al extremo de que los que pueden se ven obligados a emigrar a sitios más seguros.
No nos informó si ya resolvió el problema presupuestal de la Academia de Policía del que egresaron más de 300 alumnos a los que no se pudo contratar por falta de dinero. No nos extrañaría que algunos de ellos se hubieran decidido a engrosaran las filas del crimen organizado si es que no los entretuvo con más cursos de capacitación mientras que llegaban los recursos. Fue una irresponsabilidad abrir la Academia si no se contaba con la partida presupuestal para pagarles una remuneración justa por sus servicios. Nada dijo del ilegal préstamo que otorgó la administración de Marcelo de los Santos por 70 millones de pesos al ingenio azucarero del Grupo Santos, propiedad de los empresarios de Monterrey, que ahora desconocen. Sigue sin justificar la inoperancia del Centro de Convenciones que concesionó sin licitación el gobierno panista y que después de dos años es improductivo. Cientos de millones de pesos que se malgastaron en una obra suntuosa y no prioritaria, financiada con dinero ajeno.