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El valor político de la transparencia
Por JUAN ANTONIO GONZÁLEZ
Enero 4, 2011.
A seis meses de concluir su periodo como comisionada de transparencia, María de la Luz Islas Moreno dejó el cargo. Abandona la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública a la que encabezó durante dos años.
Sus logros no fueron muchos, pero sin duda, al momento de su salida podría haber sido la única persona realmente comprometida con el tema de la transparencia. No porque fuera una tenaz defensora del derecho a la información, sino más bien, porque los otros dos comisionados, han sido, por decir lo menos, un par de burócratas sin compromiso con los ciudadanos.
El actuar anodino de Alfonso Serment Gómez y Gerardina Ortiz, hacen que la ausencia de Islas Moreno sea notable.
Vale destacar que la ahora ex comisionada, alcanzó a presentar algunas resoluciones que no gustaron mucho al poder público y que eso fue suficiente para que, concluido el período de Walter Stahl Leija, el Congreso del Estado eligiese a un comisionado cómodo para ser presidente.
En algunos momentos, Islas Moreno resaltó el oficio de opacidad del gobierno de Fernando Toranzo y dejó en claro que la administración estatal incumplía sus obligaciones con la transparencia.
De hecho, en una ocasión entrevistada por La Jornada San Luis, reveló que en más de un año, luego de que Toranzo llegó al gobierno, nunca se había reunido con la Comisión. No le interesaba.
También fue comisionada ponente del proyecto de resolución para obligar a la Secretaría de Finanzas a dar a conocer documentos relativos al crédito de mil 500 millones del ex gobernador Marcelo de los Santos.
Puede ser que Islas Moreno haya sido al momento, la comisionada de mayor merito.
El pasado 31 de diciembre entregó en la CEGAIP su carta en la que solicitaba la separación definitiva del cargo.
Es natural que todo servidor público tenga en mente servir en otros espacios y que en ese sentido, se deje uno para ir a otro, sin embargo, el tema de la transparencia es tan importante que no se le puede tomar como un escalafón político.
El primer presidente de la Comisión, Rodolfo Aguilar Gallegos estuvo en el cargo apenas unos meses pues luego se fue como presidente del Consejo Estatal Electoral.
El segundo presidente, José Eduardo Lomelí Robles, tras concluir su mandato se fue como consejero ciudadano al Consejo Estatal Electoral y ahora, el tercer presidente, en este caso, presidenta, se va a una planilla del Partido Acción Nacional a la presidencia municipal de San Luis Potosí.
El problema no es a dónde se van los consejeros de transparencia, sino lo que hicieron en su encargo durante el poco o mucho tiempo en que estuvieron en la Comisión.
En el caso de Islas Moreno, ella seguramente debe reconocer que deja una Comisión débil, inconsistente e incluso, opaca. Deja una Comisión en la que imperan los caprichos del presidente, una Comisión a la orden de los entes obligados, una Comisión desatendida de sus responsabilidades y proclive a hacer favores a los amigos.
Deja una Comisión que no ha logrado los objetivos para los cuales fue creada y que, habida cuenta de su burocratización, se ha convertido en una institución más en la obesa burocracia inútil que se gasta los millones del presupuesto público en salarios de primer mundo.
Pero bueno, Islas Moreno se va a la política. De pedir transparencia a pedir votos.
Dijo en una entrevista luego de que se presentó la planilla de su candidato, Alejandro Zapata, que aceptó la invitación al cargo de síndico municipal, porque desde ahí continuará con su empeño a favor de la transparencia.
Islas Moreno bien sabe que la buena marcha de la transparencia no depende de una persona sino que deviene de la voluntad expresa de todos los que conforman una institución pública.
Es decir, en caso de que Zapata gane la elección interna en el PAN y que luego gane la constitucional, su encomienda será primero convencer al alcalde del valor que tiene la transparencia para los ciudadanos, pero al mismo tiempo, deberá convencer a la burocracia municipal.
No será nada fácil. Ojala y no sea la transparencia bandera política sino proyecto municipal, eso es lo que hace falta.
Enero 4, 2011.
A seis meses de concluir su periodo como comisionada de transparencia, María de la Luz Islas Moreno dejó el cargo. Abandona la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública a la que encabezó durante dos años.
Sus logros no fueron muchos, pero sin duda, al momento de su salida podría haber sido la única persona realmente comprometida con el tema de la transparencia. No porque fuera una tenaz defensora del derecho a la información, sino más bien, porque los otros dos comisionados, han sido, por decir lo menos, un par de burócratas sin compromiso con los ciudadanos.
El actuar anodino de Alfonso Serment Gómez y Gerardina Ortiz, hacen que la ausencia de Islas Moreno sea notable.
Vale destacar que la ahora ex comisionada, alcanzó a presentar algunas resoluciones que no gustaron mucho al poder público y que eso fue suficiente para que, concluido el período de Walter Stahl Leija, el Congreso del Estado eligiese a un comisionado cómodo para ser presidente.
En algunos momentos, Islas Moreno resaltó el oficio de opacidad del gobierno de Fernando Toranzo y dejó en claro que la administración estatal incumplía sus obligaciones con la transparencia.
De hecho, en una ocasión entrevistada por La Jornada San Luis, reveló que en más de un año, luego de que Toranzo llegó al gobierno, nunca se había reunido con la Comisión. No le interesaba.
También fue comisionada ponente del proyecto de resolución para obligar a la Secretaría de Finanzas a dar a conocer documentos relativos al crédito de mil 500 millones del ex gobernador Marcelo de los Santos.
Puede ser que Islas Moreno haya sido al momento, la comisionada de mayor merito.
El pasado 31 de diciembre entregó en la CEGAIP su carta en la que solicitaba la separación definitiva del cargo.
Es natural que todo servidor público tenga en mente servir en otros espacios y que en ese sentido, se deje uno para ir a otro, sin embargo, el tema de la transparencia es tan importante que no se le puede tomar como un escalafón político.
El primer presidente de la Comisión, Rodolfo Aguilar Gallegos estuvo en el cargo apenas unos meses pues luego se fue como presidente del Consejo Estatal Electoral.
El segundo presidente, José Eduardo Lomelí Robles, tras concluir su mandato se fue como consejero ciudadano al Consejo Estatal Electoral y ahora, el tercer presidente, en este caso, presidenta, se va a una planilla del Partido Acción Nacional a la presidencia municipal de San Luis Potosí.
El problema no es a dónde se van los consejeros de transparencia, sino lo que hicieron en su encargo durante el poco o mucho tiempo en que estuvieron en la Comisión.
En el caso de Islas Moreno, ella seguramente debe reconocer que deja una Comisión débil, inconsistente e incluso, opaca. Deja una Comisión en la que imperan los caprichos del presidente, una Comisión a la orden de los entes obligados, una Comisión desatendida de sus responsabilidades y proclive a hacer favores a los amigos.
Deja una Comisión que no ha logrado los objetivos para los cuales fue creada y que, habida cuenta de su burocratización, se ha convertido en una institución más en la obesa burocracia inútil que se gasta los millones del presupuesto público en salarios de primer mundo.
Pero bueno, Islas Moreno se va a la política. De pedir transparencia a pedir votos.
Dijo en una entrevista luego de que se presentó la planilla de su candidato, Alejandro Zapata, que aceptó la invitación al cargo de síndico municipal, porque desde ahí continuará con su empeño a favor de la transparencia.
Islas Moreno bien sabe que la buena marcha de la transparencia no depende de una persona sino que deviene de la voluntad expresa de todos los que conforman una institución pública.
Es decir, en caso de que Zapata gane la elección interna en el PAN y que luego gane la constitucional, su encomienda será primero convencer al alcalde del valor que tiene la transparencia para los ciudadanos, pero al mismo tiempo, deberá convencer a la burocracia municipal.
No será nada fácil. Ojala y no sea la transparencia bandera política sino proyecto municipal, eso es lo que hace falta.