Inicio / Quiénes somos / De mano en mano / Contacto
Documentos / Reportes / Colaboradores / Guías y formatos / Legislación / Sitios de interés
Documentos / Reportes / Colaboradores / Guías y formatos / Legislación / Sitios de interés
Sufre San Luis andanada mediática
Por JUAN ANTONIO GONZÁLEZ
Febrero 20, 2011.
San Luis Potosí ha sido noticia global, no por su gente, por su cultura o por su historia, sino por la violencia.
El 15 de febrero, la noticia del atentado en contra de agentes norteamericanos en la carretera 57, cerca del municipio de Santa María del Río, colocó a San Luis como un “territorio peligroso”. Luego vino la exhortativa del Consulado de Estados Unidos en Monterrey, para que los ciudadanos de ese país se lo piensen dos veces antes de visitar tierras potosinas.
La imagen negativa que derivó de ese incidente y sus secuelas ha sido descomunal en medios nacionales e internacionales.
En la tarde aciago martes 15 de febrero tras el atentado en el que perdió la vida el agente aduanal, Jaime Zapata, San Luis Potosí fue el centro de atención de los medios de comunicación, nacionales y estadounidenses.
La información empezó a fluir de manera lenta pero contundente. Se confirmaba el atentado a través de fuentes de seguridad y diplomáticas norteamericanas.
Mientras el Gobierno del Estado guardaba silencio, los medios de comunicación nutrían sus despachos informativos con fuentes ajenas a San Luis Potosí.
Desde Washington se confirmaba el dato sobre un suceso ocurrido en San Luis Potosí. La embajada de Estados Unidos dio también la confirmación del suceso trágico.
No fue sino hasta pasadas las veintidós horas de ese martes cuando el gobierno de Fernando Toranzo dio muestra de existencia informativa y mediante un comunicado de prensa, condenó el hecho.
CNN había reportado la agresión desde la tarde, al igual que portales web de medios estadounidenses, como por ejemplo, The New York Times y muchos más, de reconocida influencia internacional, hacían lo propio. En ningún caso, se citaban fuentes locales, sencillamente porque éstas no decían nada.
Salvo algunos reportes en los que se citaba a Omar Niño, director de Comunicación Social de la Secretaría de Seguridad Pública, nadie en la administración estatal proporcionaba nada pese a la trascendencia del hecho.
Fue hasta el miércoles dieciséis cuando Fernando Toranzo recurrió al bomberazo, en base a una estrategia sustentada en un discurso tendiente a lavarse las manos.
Por la mañana, fue entrevistado en vivo durante el informativo Hoy por Hoy en su primera emisión que conduce Carlos Puig.
Ahí, Toranzo explicó de manera muy somera lo ocurrido y con ello se ganó por segundo día consecutivo los titulares informativos. El Gobernador reconoció que grupos criminales se pelean la plaza y responsabilizó del atentado a la delincuencia organizada.
El gobernador se fue a la ciudad de México para ofrecer una rueda de medios en las oficinas de la Representación de Gobierno del Estado en el World Trade Center.
Ahí, repitió lo que había dicho por la mañana y abundó en su premisa de que en lo ocurrido, la responsabilidad es de incumbencia federal, dado que el incidente ocurrió en una carretera federal.
Ese día, Toranzo se lo dedicó a los medios de comunicación en la intención de rescatar la maltrecha imagen de San Luis Potosí.
Los resultados parece no fueron los deseables ya que sobrevino el llamado del gobierno de Estados Unidos a no visitar San Luis Potosí, mientras que en los espacios de noticias y de opinión de la prensa, la entidad seguía siendo motivo de atención, más para mal que para bien.
Sin duda fue un acierto del gobernador el salir y dar la cara para hablar sobre lo ocurrido, pero como en otras ocasiones, la estrategia resultó tardía y poco efectiva, aunque si efectista.
Algo similar le ocurrió al gobernador de Oaxaca, Gabino Cué. El mismo martes, en el marco de una visita presidencial a ese estado, ocurrió un enfrentamiento entre maestros y la policía. Heridos y detenidos.
Las imágenes del suceso abarcaron también buena parte de los espacios informativos que presentaban escenas que se pensaba habían quedado en el pasado tras la derrota del PRI en las elecciones.
Gabino Cué le dijo a José Cárdenas en el informativo de las seis de la tarde de Radio Fórmula que le había dedicado toda la mañana y la tarde atendiendo a medios de comunicación para explicar lo sucedido.
Estrategia similar a la de Toranzo. En ambos casos se pretendía quitarle manchas a la imagen que se desprendió de los sucesos respectivos. El oaxaqueño logró mejores resultados. Con independencia de la gravedad de los incidentes, de Oaxaca y su crisis ya luego poco se habló, mientras que de San Luis no se puede decir eso, la secuela del martes quince aun está en desarrollo informativo.
Sería prudente que el gobernador Toranzo tome lección de la amarga experiencia del atentado y que en adelante, mejore la estrategia de comunicación en momentos de crisis. Enconcharse y dejar que otros hablen, suele resultar fatal.
La sociedad potosina tiene derecho a saber y estar informada, más aún si la información surge de su gobierno y no de autoridades extranjeras.
Febrero 20, 2011.
San Luis Potosí ha sido noticia global, no por su gente, por su cultura o por su historia, sino por la violencia.
El 15 de febrero, la noticia del atentado en contra de agentes norteamericanos en la carretera 57, cerca del municipio de Santa María del Río, colocó a San Luis como un “territorio peligroso”. Luego vino la exhortativa del Consulado de Estados Unidos en Monterrey, para que los ciudadanos de ese país se lo piensen dos veces antes de visitar tierras potosinas.
La imagen negativa que derivó de ese incidente y sus secuelas ha sido descomunal en medios nacionales e internacionales.
En la tarde aciago martes 15 de febrero tras el atentado en el que perdió la vida el agente aduanal, Jaime Zapata, San Luis Potosí fue el centro de atención de los medios de comunicación, nacionales y estadounidenses.
La información empezó a fluir de manera lenta pero contundente. Se confirmaba el atentado a través de fuentes de seguridad y diplomáticas norteamericanas.
Mientras el Gobierno del Estado guardaba silencio, los medios de comunicación nutrían sus despachos informativos con fuentes ajenas a San Luis Potosí.
Desde Washington se confirmaba el dato sobre un suceso ocurrido en San Luis Potosí. La embajada de Estados Unidos dio también la confirmación del suceso trágico.
No fue sino hasta pasadas las veintidós horas de ese martes cuando el gobierno de Fernando Toranzo dio muestra de existencia informativa y mediante un comunicado de prensa, condenó el hecho.
CNN había reportado la agresión desde la tarde, al igual que portales web de medios estadounidenses, como por ejemplo, The New York Times y muchos más, de reconocida influencia internacional, hacían lo propio. En ningún caso, se citaban fuentes locales, sencillamente porque éstas no decían nada.
Salvo algunos reportes en los que se citaba a Omar Niño, director de Comunicación Social de la Secretaría de Seguridad Pública, nadie en la administración estatal proporcionaba nada pese a la trascendencia del hecho.
Fue hasta el miércoles dieciséis cuando Fernando Toranzo recurrió al bomberazo, en base a una estrategia sustentada en un discurso tendiente a lavarse las manos.
Por la mañana, fue entrevistado en vivo durante el informativo Hoy por Hoy en su primera emisión que conduce Carlos Puig.
Ahí, Toranzo explicó de manera muy somera lo ocurrido y con ello se ganó por segundo día consecutivo los titulares informativos. El Gobernador reconoció que grupos criminales se pelean la plaza y responsabilizó del atentado a la delincuencia organizada.
El gobernador se fue a la ciudad de México para ofrecer una rueda de medios en las oficinas de la Representación de Gobierno del Estado en el World Trade Center.
Ahí, repitió lo que había dicho por la mañana y abundó en su premisa de que en lo ocurrido, la responsabilidad es de incumbencia federal, dado que el incidente ocurrió en una carretera federal.
Ese día, Toranzo se lo dedicó a los medios de comunicación en la intención de rescatar la maltrecha imagen de San Luis Potosí.
Los resultados parece no fueron los deseables ya que sobrevino el llamado del gobierno de Estados Unidos a no visitar San Luis Potosí, mientras que en los espacios de noticias y de opinión de la prensa, la entidad seguía siendo motivo de atención, más para mal que para bien.
Sin duda fue un acierto del gobernador el salir y dar la cara para hablar sobre lo ocurrido, pero como en otras ocasiones, la estrategia resultó tardía y poco efectiva, aunque si efectista.
Algo similar le ocurrió al gobernador de Oaxaca, Gabino Cué. El mismo martes, en el marco de una visita presidencial a ese estado, ocurrió un enfrentamiento entre maestros y la policía. Heridos y detenidos.
Las imágenes del suceso abarcaron también buena parte de los espacios informativos que presentaban escenas que se pensaba habían quedado en el pasado tras la derrota del PRI en las elecciones.
Gabino Cué le dijo a José Cárdenas en el informativo de las seis de la tarde de Radio Fórmula que le había dedicado toda la mañana y la tarde atendiendo a medios de comunicación para explicar lo sucedido.
Estrategia similar a la de Toranzo. En ambos casos se pretendía quitarle manchas a la imagen que se desprendió de los sucesos respectivos. El oaxaqueño logró mejores resultados. Con independencia de la gravedad de los incidentes, de Oaxaca y su crisis ya luego poco se habló, mientras que de San Luis no se puede decir eso, la secuela del martes quince aun está en desarrollo informativo.
Sería prudente que el gobernador Toranzo tome lección de la amarga experiencia del atentado y que en adelante, mejore la estrategia de comunicación en momentos de crisis. Enconcharse y dejar que otros hablen, suele resultar fatal.
La sociedad potosina tiene derecho a saber y estar informada, más aún si la información surge de su gobierno y no de autoridades extranjeras.